Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.

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LA ASIGNATURA "ARQUITECTURA DOMÉSTICA"
EN LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LAS PALMAS

Manuel Martín Hernández, Eugenio Rodríguez Cabrera

El presente texto pretende cumplir con un doble objetivo. Por un lado justificar la necesidad de incorporar en la enseñanza de la arquitectura una materia que se dedique a profundizar en las cuestiones del habitar y la arquitectura doméstica, en el bien entendido que ésta constituye la inmensa mayoría del futuro trabajo del profesional formado en las escuelas. Por otro, y no es independiente del anterior, abogar por la introducción de las ciencias sociales en todo el discurso sobre la arquitectura, para lo que la casa es un buen lugar de reflexión. (1)

1.         SOBRE EL Habitar

1.1.     Sobre la arquitectura

La caracterización disciplinar de la arquitectura es muy compleja. A medio camino entre lo social, la técnica y la estética, es –o puede ser– ciencia social, ciencia básica o ingeniería, y ciencia humanística. Entre el territorio más o menos urbanizado y el pequeño detalle constructivo, la arquitectura recorre una gran cantidad de conocimientos de los que se alimenta y a los que sirve. La antropología, los estudios culturales, la sociología, la geografía humana, el derecho, la física de los materiales, la tecnología, la informática, la ergonomía, la estética, la filosofía, la historia del arte, entre otras muchas disciplinas, se dedican en algún momento a la arquitectura, y ésta se fundamenta en aquellas para desarrollar alguno de sus campos de interés.

Si atendemos a la palabra “arquitectura,” (2) el prefijo "arqui", del griego arjé, tiene que ver con las causas, el origen, el punto de partida. Vayamos pues al origen de la arquitectura misma a partir del texto fundacional de Vitruvio sobre ese origen; lo leemos en el capítulo primero del segundo libro de su De Architectura (siglo I a.n.e.). Después de descubrir el fuego, los hombres se empezaron a reunir en torno a él y a emitir sonidos: “con ocasión del fuego –dice– surgió entre los hombres (…) la vida en común.” (3) Preguntando por el origen de la arquitectura estamos, sin duda, hablando del habitar, que es lo que en esencia justifica, permite y persigue la arquitectura. Así aparece en muchas de sus definiciones, y sirva, como una buena síntesis de aquellas, ésta del arquitecto y urbanista danés Steen Eiler Rasmussen: la arquitectura “delimita el espacio para que podamos habitar en él.” (4)

1.2.     El sentido del habitar

Hace algunos años, en la introducción a un trabajo sobre el habitat pavillonaire, Henri Lefebvre buscaba las diferencias entre una política y unas técnicas del hábitat y el sentido verdadero del habitar: "un alojamiento construido según prescripciones económicas o tecnológicas (el hábitat) se aleja del habitar tanto como el lenguaje de las máquinas, de la poesía." (5) El resultado de la puesta en obra de una serie de operadores es el hábitat; pero habitar es otra cosa: "es apropiarse de algo", es decir, "hacer su obra, modelarla, formarla, poner el sello propio." (6) Así, los habitantes se integran en el proceso como detentadores de su propio derecho a proyectar. Esto es lo que está en uno de los "poemas en prosa" del poeta Cé­sar Vallejo: "Las casas nuevas están más muertas que las viejas, porque sus muros son de piedra o de acero, pero no de hombres. Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar, sino cuando empiezan a habitarla." (7)

En sus artículos, Lefebvre citaba aquel sentido del habitar re­cuperado por Martin Heidegger en un momento en que se es­taba reconstruyendo la Alemania de la segunda posguerra según la ideología del "hábitat." En la conferencia dictada en el segundo Darmstädter Gespräch, dedicado al habitar ("Bauen, Denken, Wohnen," 1951) dice: "Se habla por todas partes, y con razón, de la penuria de viviendas", pero lo cierto es que "la auténtica penuria del habitar no consiste en primer lugar en la falta de viviendas. La auténtica penuria del habitar descansa en el hecho de que los mortales primero tienen que volver a buscar la esencia del habitar, de que tienen que aprender primero a habitar." En efecto, porque somos en cuanto habitamos: "ser hombre significa: estar en la tierra como mortal, significa: habitar" y única­mente cuando habitemos podremos "construir desde el habitar y pen­sar para el habitar." (8)

La crítica a la tesis de Heidegger por parte de Ortega y Gasset, asistente también al Coloquio de Darmstadt, no se enuncia tan claramente durante su improvisada ponencia sino algo más tarde, y se alimenta sobre todo de lo ya dicho casi veinte años antes en su Meditación de la técnica (1933). Así, para Ortega no es posible empezar habitando la Tierra porque "la Tierra es para el hombre originariamente inhabitable;" es necesario empezar transformando la Tierra por medio de la técnica para que aquella pueda ser habitable.

"El habitar, el wohnen, pues, no precede en el hombre al construir, el bauen. El habitar no le es dado, desde luego, sino que se lo fabrica él, porque en el mundo, en la Tierra, no está previsto el hombre (…). El hombre es un intruso en la llamada naturaleza (…) a mi juicio, ni el hombre construye porque ya habita, ni el modo de estar y ser el hombre en la tierra es un habitar. Me parece más bien que es todo lo contrario –su estar en la tierra es malestar, y por lo mismo un radical deseo de bienestar." (9)

No se trata ahora de optar por una u otra versión; todo es mucho más complejo y ambos podrían tener razón: "somos" porque habitamos, pero para conseguirlo debemos antes transformar la inhabitable realidad natural. Todo es más complejo y quizá más simple a la vez, pues al hablar del "habitar" me refiero, sobre todo, a esa casa donde, según el gran arquitecto portugués Ál­varo Siza, "nos sentimos felices, olvidando nuestras angustias de bár­baros nómadas," donde, llenos de gratitud, disfrutamos de "un mo­mento de quietud, mirando en torno nuestro, sumergiéndonos en la atmósfera dorada de un interior de otoño, al final del día." (10)

2.         LA ASIGNATURA "arquitectura doméstica"

2.1.     Por qué es necesaria una asignatura como "Arquitectura doméstica" en las escuelas de arquitectura

"…un lugar es espacio relleno de gente, prácticas, objetos y representaciones." (11)

Uno tiene la impresión de que mu­cho de lo que hoy se nos muestra como grandes hallazgos en materia de arquitectura doméstica no son más que copias –muchas veces infelices– de lo que ya se había dicho y hecho an­tes por buena parte de los mejores arquitectos del siglo pasado. En realidad, sucede lo que decía Adolf Loos en homenaje a su carpintero Josef Vei­llich: "no existe la evolución en las cosas ya resueltas." (12) También Kenneth Frampton en sus análisis sobre la vivienda contemporánea, hace el mismo diagnóstico, utilizando para ello un trozo de un poema de T. S. Elliot: "y lo que hay que conseguir ya se ha conseguido una, dos o varias veces por hombres a quienes no se puede tener la esperanza de emu­lar." (13)

En efecto, los debates entre los arquitectos de las vanguardias sobre el modelo de ciudad moderna (casa unifamiliar vs. casa colectiva; bloque vs. torre; sied­lung  vs. höfe; ciudad abstracta vs. ciudad tradicional) y sobre los tipos arqui­tectónicos que albergarían el cuerpo moderno (los discursos sobre la casa mí­nima o la planta libre, pasando por la compleja organización del raumplan o la renova­ción de la tradicional casa-patio) o, después, la discusión sobre algunos temas de la arquitectura de la casa durante los años sesenta y setenta (sistemas abiertos vs. sistemas cerrados, la oferta múltiple, la teoría de soportes, la estética del vacío...) son los que, con gran aparato de propaganda, se anuncian hoy como inven­ciones contemporáneas cuando, en todo caso, no son más que la continuación de aquellos debates que siguen afortunadamente abiertos desde las primeras décadas del siglo XX. (14)

Lo que sí es cierto es que aquellos debates tienden a vincularse más con la forma del hábitat que con el sentido mismo del habitar. En todos aquellos ca­sos, es la relación entre el hábitat y la acción de habitar lo que se está diluci­dando, pero creo que, por encima de todo, sigue habiendo una discusión pen­diente que nos aproxime al habitar contemporáneo.

2.2.     Defensa de la contribución de las ciencias sociales a la arquitectura

Amos Rapoport es arquitecto y defensor de la integración de la arquitectura en el ámbito de las ciencias humanas y sociales. En su ya clásico House, Form & Culture (1969), y frente a las tesis que plantean el clima, la disponibilidad de determinados materiales, el avance de la tecnología o la situación económica como origen primero de la forma arquitectónica, establece la hipótesis de que "la forma de la casa no es únicamente el resultado de unas fuerzas físicas o de un solo factor causal, sino la consecuencia de una serie de factores socioculturales considerados en los términos más amplios," de tal modo que "dados un cierto clima, la disponibilidad de ciertos materiales y las coacciones y capacidades de un nivel de tecnología dado, lo que finalmente decide la forma de una vivienda y moldea sus espacios y sus relaciones es la visión que tienen las personas de la vida ideal." (15)

Hay, por lo tanto, temas importantes que vienen de fuera de la disciplina arquitectónica; convendría conocer lo que las ciencias sociales aportan –algo o mucho– a la reflexión sobre la casa y los procesos del habitar… Hay muchísima documentación e investigación sobre la arquitectura doméstica que queda al margen de los currículos docentes de las escuelas de arquitectura: la que aporta la antropología (de anthropos-logos, ciencia del hombre); la sociología o la psicología, que quieren entender las conductas humanas; la historia, que busca también la diversidad diacrónica; la geografía que, por su carácter propositivo, tiene además una relación muy directa con el urbanismo; la arqueología, que hace preguntas a la cultura material y, por lo tanto, a los antecedentes de nuestros modos de habitar.

La antropología merece una atención especial, pero además porque es "la" disciplina que defiende lo multicultural, lo "otro", contra la intolerancia y el etnocentrismo, en plena época de homogeneización y globalización. Desde el principio de la disciplina se hace presente la casa, comoes el caso de Lewis H. Morgan (Houses and House-life of the American Aborigines, 1881) quien interpretó la arquitectura doméstica desde la sociedad; luego están, entre otros muchos, Friedrich Ratzel (Anthropogeographie, 1882-1891), para quién las condiciones del lugar o el clima influyeron en los modos de vida de las sociedades; Edward T. Hall (The Hidden Dimension, 1966), quién a través de la proxémica sustenta una elaborada teoría de los usos sociales y no verbales del espacio; el ya citado Rapoport (House, Form & Culture, 1969), que da importancia a la cultura en la definición de la forma; Pierre Bourdieu, quién analiza la relación arquitectura-sociedad; el método de análisis de la llamada por Bill Hillier y Julienne Hanson "sintaxis espacial" (The Social Logic of Space, 1984); Susan Kent que en su "A cross-cultural study of segmentation, architecture, and the use of space" (Domestic Architecture and the Use of Space, 1990) afirma que “la cultura, las conductas y la cultura material están íntimamente relacionadas; y el modo cómo la gente compartimenta su cultura influirá en cómo segmentan el uso de su espacio y cómo compartimentan su ambiente construido;” Clare Cooper Marcus (House As a Mirror of Self, 1995), quién analiza al individuo y su relación especular con el espacio doméstico… (16)

Qué mejor lugar que la antropología, pues, para precisar el concepto de habitar. Así lo define Ángela Giglia:

“El habitar es un conjunto de prácticas y representaciones que permiten al sujeto colocarse dentro de un orden espacio-temporal, al mismo tiempo reconociéndolo y estableciéndolo. Se trata de reconocer un orden espacio-temporal, situarse adentro de él, y establecer un orden propio. Es el proceso mediante el cual el sujeto se sitúa en el centro de unas coordenadas espacio-temporales, mediante su percepción y su relación con el espacio que le rodea.” (17)

2.3.     Programa de "Arquitectura doméstica" desarrollado en la Escuela de Arquitectura de Las Palmas desde 2013

a.         Conceptos en torno a la arquitectura doméstica
1.         Sobre el habitar. Intimo y privado. Lo doméstico. El cuerpo como arquitecto de la casa.
2.         Las ciencias sociales en la arquitectura. Antropología de la casa.
3.         Casa y cultura. Casa y género. Casa y escenario doméstico. La poética del habitar.

b.        Hacia una historia de la casa moderna occidental
4.         De la casa clásica a la domesticidad en el siglo XVIII. Mecanismos de la clasicidad doméstica. La casa burguesa. La invención del interior.
5.         Temas domésticos en el siglo XIX. Habitar la ciudad burguesa. Habitar el suburbio. La casa de la mujer. La casa obrera.
6.         La cuestión de la casa moderna. Tipologías domésticas en la modernidad. Equipamientos e interiores. Mecanismos para el espacio y el tiempo modernos.
7.         Modelos de agregación. Colonias experimentales. Exposiciones de la Werkbund. Políticas residenciales de entreguerras.
8.         Popularización de la casa moderna. Respuestas a la pregunta por la casa moderna. Las revoluciones domésticas de los años 60 a 80 del siglo XX.

c.         Problemas y soluciones para la casa contemporánea
9.         Habitar en la contemporaneidad. Las transformaciones de la casa. Estrategias y tácticas para el proyecto doméstico.
10.      Otras domesticidades. Alternativas a los modelos occidentales hegemónicos. (18)

El ya citado Rapoport afirma al inicio de su Cultura, arquitectura y diseño que "(l)a premisa en la que se basa este libro es que la arquitectura no es una libre actividad artística." (19) Al menos nunca desde el principio ni como objetivo fundamental, y ésto también lo hemos defendido durante el desarrollo de esta materia. Y si todavía hubiera alguna duda acerca de la necesidad de integrar un programa de cierta extensión sobre la arquitectura doméstica en la formación del arquitecto, leamos esta cita del economista y ambientalista mexicano Enrique Leff, para quién el hábitat es:

"el espacio donde se desarrollan las actividades productivas, culturales, estéticas y afectivas del hombre. Es el medio donde los seres vivos evolucionan y complejizan su existir, donde el organismo social despliega sus potencialidades, es el espacio donde define su territorialidad. Pero el hábitat humano es más y otra cosa que el medio biológico. Es el ambiente que contornea al hombre, que se conforma a través de las prácticas transformadoras de su medio. El hábitat es soporte y condición, al tiempo que es espacio resignificado y reconstruido por la cultura. (…) el hábitat habitado es el lugar significado por experiencias subjetivas, de vivencias construidas con la materia de la vida.” (20)

Notas

         Este texto se corresponde, con ligeras modificaciones, con la ponencia presentada el pasado 27 de noviembre de 2015 en el Coloquio "Vivienda Latinoamericana. Historia, Teoría, Diseño y Significado," celebrado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán. Con nuestro agradecimiento a los organizadores de dicho evento.
2          Ver Morales, José Ricardo, Arquitectónica. Sobre la idea y el sentido de la arquitectura, Madrid: Biblioteca Nueva, 1999, pp. 141 y siguientes.
3          Vitruvio, Los diez libros de arquitectura (edición de Agustín Blánquez), Barcelona: Iberia, 1980, pp. 35-36.
4          Rasmussen, Steen Eiler, La experiencia de la arquitectura, Madrid: Mairea y Celeste, 2000, p. 15.
5          Lefebvre, Henri, "Introducción al estudio del hábitat de pabellón" (1967) en De lo rural a lo urbano, Barcelona: Península, 1971, p. 153.
6          Idem, p. 210.
7          Vallejo, César, “No vive ya nadie…,” de Poemas en prosa, (1923-1929).
8          "Construir Habitar Pensar," capítulo sexto de Heidegger, Martin, Conferencias y artículos, Barcelona: Ediciones del Serbal, 1994, pp. 127-142. Cursivas del autor.
9          Ortega y Gasset, José, “Anejo: en torno al Coloquio de Darmstadt” (1951), en Obras Completas vol. IX, Madrid: Alianza, 1983, pp. 640-641.
0       Siza, Álvaro, "Vivir en una casa" (1994) en Pedro de Llano y Carlos Castanheira (eds.), Alvaro Siza, Santiago de Compostela: Electa/CGAC, 1995, p. 80.
1       Gieryn, Thomas F., "A Space for Place in Sociology," en Annual Review of Sociology 26, 2000, p. 465.
2       Loos, Adolf, "Josef Veillich" (1929), en Escritos II: 1910-1932, Madrid: El Croquis Editorial, 1993.
3       Frampton, Kenneth, "Seis puntos sobre los dilemas de la vivienda" en A&V 56, 1995, p. 7. El poema de Elliot es "East Coker," 1940 (Four Quartets, 1945), traducido por José Emilio Pacheco en Cuatro cuartetos, México D. F.: El Colegio de México, 1989, como "Y lo que debe ser conquistado / Mediante fuerza y sumisión, ya ha sido descubierto / Una, dos, varias veces por hombres que uno no tiene / esperanza de emular," V, p. 25.
4       Ver Martín Hernández, Manuel, La casa en la arquitectura moderna, Barcelona: Reverté, 2014.
5       Rapoport, Amos, Vivienda y cultura, Barcelona: Gustavo Gili, 1972, p. 66.
6       Morgan, Lewis H., Houses and House-life of the American Aborigines, Washington, 1881; Ratzel, Friedrich, Anthropogeographie (2 volúmenes), Stuttgart, 1882 y 1891; Hall, Edward T., The Hidden Dimension, Garden City, N.Y.: Doubleday,1966; Bourdieu, Pierre, Esquisse d’une théorie de la pratique, Ginebra: Librairie Droz, 1972; Hillier, Bill y Hanson, Julienne, The Social Logic of Space, Cambridge: Cambridge University Press, 1984; Kent, Susan, "A cross-cultural study of segmentation, architecture, and the use of space" en Kent, Susan (ed.), Domestic Architecture and the Use of Space, Cambridge: Cambridge University Press, 1990; Marcus, Clare Cooper, House As a Mirror of Self, Berkeley, CA.: Conari Press, 1995.
7       Giglia, Angela, El habitar y la cultura, Barcelona: Anthropos; UAM, 2012, p. 13.
8       La bibliografía básica que proponemos (2015) es: Bachelard, Gaston, La poética del espacio, México: Fondo de Cultura Económica, 1974; Jones, Peter Blundell, Doina Petrescu y Jeremy Till, Architecture and participation, Londres y Nueva York: Spon Press, 2005; Bollnow, Friedrich, Hombre y espacio, Barcelona: Labor, 1969; Eleb-Vidal, Monique, Anne-Marie Châtelet y Thierry Mandoul, Penser l'habité: le logement en questions, Sprimont: Pierre Mardaga, 1990; Gausa, Manuel, Housing: nuevas alternativas, nuevos sistemas, Barcelona: Actar, 1998; González Lobo, Carlos, Vivienda y ciudad posibles, Bogotá: Escala, 1998; Lleó, Blanca, Sueño de habitar, Barcelona: Gustavo Gili, 2005; Llobera, José R., La identidad de la antropología, Barcelona: Anagrama, 1990; Martín Hernández, Manuel, La casa en la arquitectura moderna, Barcelona: Reverté, 2014; Lane, Barbara Miller (ed.), Housing and dwelling: perspectives on modern domestic architecture, Londres y Nueva York: Routledge, 2007; Monestiroli, Antonio, La arquitectura de la realidad, Barcelona: Ediciones del Serbal, 1993; Oliver, Paul, Dwellings: the house across the world, Austin: University of Texas Press, 1987; Rybczynski, Witold, La casa: historia de una idea, Madrid: Nerea, 1989.
9       Rapoport, Amos, Cultura, arquitectura y diseño, Barcelona: UPC, 2003, p. 7. Subrayado del autor. Al fin y al cabo, como hemos visto, la casa ocupa un lugar peculiar en la arquitectura, porque, como ya decía el filósofo Francis Bacon a principios del siglo XVII, "Houses are built to live in, and not to look on" ("Of Building," en The Essayes, XLV, Londres, 1625, p. 257, accesible en http://archiv.ub.uni-heidelberg.de/artdok/609/1/Davis_Fontes16.pdf).
20       Leff, Enrique, Saber ambiental: sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder, México D. F.: Siglo XXI, UNAM, PNUMA, 1998, p. 243.

Manuel Martín Hernández
Eugenio Rodríguez Cabrera